Título original: Ex Sanguine
Editorial: Dark Horse
Año: 2012-13
Guion: Joshua Scott Emmons, Tim Seeley
Dibujo: Tim Seeley
Color: Carlos Badilla
Grado: B-
Reseña: Hugo C
Esta reseña contiene SPOILERS del primer número, pero no de los otros cuatro, y se trata de spoilers de importancia secundaria. Aun así, por si alguno no quiere continuar leyendo, diré que esta miniserie me gustó y comenzaré esta reseña hablando de mi sistema de puntuación para cómics y películas, así les doy tiempo a terminar de leer el párrafo y luego cambiar de página.
Como en el sistema de calificaciones norteamericano en el que se inspira, en mi escala los grados o calificaciones van del A+ a la F, siendo la A+ la perfección absoluta y la F una bóñiga infumable. En estas reseñas, la nota máxima es casi imposible de obtener, mientras que una B- puede considerarse una buena calificación. Así que, B- es bueno pero con algunos reparos, B es bueno, B+ es sólido, A- es muy bueno, A es excelente y A+ es algo que te cambia la vida y tenés que ver o leer sí o sí. Quedan C, D y F para regular, malo y vomitivo. Por supuesto que en las películas hay numerosos factores que uno tiene en cuenta, como la iluminación, el manejo de cámaras, la música, las actuaciones, el guión, etcétera, mientras que en los cómics se trata básicamente de dos: el guión y el dibujo. Para que un cómic resulte potable, ambas cosas tienen que ser al menos de regular para arriba. Hay cómics con excelentes dibujos y guiones mediocres, y viceversa, y por lo general en ambos casos terminan calificados como buenos, muy buenos o incluso excelentes. Estoy seguro de que no todos coincidimos todo el tiempo en todos los criterios –que a mí, por ejemplo, me gusta agregarle pimienta blanca al postre vigilante–, pero en general coincidiremos en lo más grueso del asunto. Ahora sí, al tajo.
Ex Sanguine es una miniserie de 5 números que cuenta la historia de un encuentro entre dos monstruos. Uno es un asesino serial, el otro es un vampiro.
El asesino usa la sangre de sus víctimas para escribir cositas en su diario, el vampiro tiene un inmenso acuario con peces abisales.
La ciudad es el coto de caza del vampiro, así que al tipo le resulta molesto que haya un asesino serial alborotando la paz y atrayendo la atención de la policía. Más molesto aún ya que él mismo es el principal sospechoso de los crímenes. Pero no, no es él. Sus necesidades son relativamente modestas y lo único que quiere es que no lo molesten.
Eventualmente, al azar, sus destinos se cruzarán –por usar una frase remanida–, más como colegas que como adversarios, y tratarán de armar una convivencia temporaria, aunque hay más factores en la ecuación, por ejemplo, la terca agente del FBI que está convencidísima de que el vampiro es su hombre y no piensa detenerse hasta verlo muerto o tras las rejas.
Los dibujos de Tim Seeley están para una C –extremidades con ángulos imposibles, cabezas con mala perspectiva–, pero el guión es por lejos lo mejor de este cómic y levanta la puntuación general. Uno viene con una parva de ideas prefijadas con respecto a las historias de vampiros y las de asesinos seriales, pero Ex Sanguine combina ambas con lo que a veces subvierte tus expectativas y a veces te las cumple, pero no de la manera que hubiésemos esperado. Lo único cuestionable es que deja un par de cabos sueltos sin resolver –por un lado, lo de las ratas, y por el otro, lo que sucede en las viñetas finales– y al no haber una segunda miniserie, nos deja con ganas de leer más. Tal vez no se deba a la voluntad de los creadores sino a motivos editoriales, pero por eso no llega a una mejor calificación. Aún así, es una buena lectura para quien busca algo familiar y a la vez distinto.
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