Título original: Black
Editorial: Black Mask
Año: 2016
Guion: Kwanza Osajyefo
Dibujo: Jamal Igle
Grado: D-
Reseña: Hugo C
Un guionista pelado se junta con un dibujante sin pelo y arman la siguiente historia: "El mundo está dominado por la gente peluda. Si uno no tiene una cabeza llena de pelo, está condenado a ser un ciudadano de segunda clase. Sin embargo, en esta nueva miniserie sólo los pelados tenemos superpoderes, por eso los peludos quieren destruirnos. «Pelado» es un cómic que nos muestra cómo un adolescente sin pelo (y con superpoderes más allá de la comprensión humana) descubre la conspiración mundial de los peludos y se une a la lucha de los pelados".
Rápido y sin vueltas: este tebeo me parece una gansada atómica. Pero antes de continuar, vamos con un rápido repaso de mi sistema de calificaciones, al menos, de las que más utilizo: A es la perfección absoluta, B es muy bueno, C es bueno hasta ahí nomás, D es regular y F es malo a secas. Hay diversos matices, por supuesto: hay un B+, que es mejor que la B a secas, hay un B-, que está más abajo. La F no tiene más ni menos, es lo más bajo de la escala. Por lo tanto, una D- como la que le he propinado a Black es el último apeadero antes del proverbial fondo del tarro. Veamos por qué, pero atención: puede haber algún que otro SPOILER, según como se lo mire.
Un guionista flaco se junta con un dibujante delgado y arman la siguiente historia: "El mundo está dominado por la gente obesa. Si uno no es gordo, está condenado a ser un ciudadano de segunda clase. Sin embargo, en esta nueva miniserie sólo los flacuchos tenemos superpoderes, por eso los gordos quieren destruirnos. «Flaco» es un cómic que nos muestra cómo un adolescente delgado (y con superpoderes más allá de la comprensión humana) descubre la conspiración mundial de los gordos y se une a la lucha de los flacos".
Y no se trata aquí de ser racista o no: creo que todos aquí estamos de acuerdo en que es una burrada discriminar a alguien por el color de su piel o por su lugar de procedencia, y no está bien, por ejemplo, que unos ensabanados sacudan a garrotazos a un negro, chino o latino simplemente porque no les gusta como posible yerno. ¿De acuerdo, entonces? Ser racista es malo.
Un guionista petiso se junta con un dibujante de baja estatura y arman la siguiente historia: "El mundo está dominado por la gente que puede jugar al básquetbol. Si uno no mide al menos 1.80 m, está condenado a ser un ciudadano de segunda clase. Sin embargo, en esta nueva miniserie sólo los petisos tenemos superpoderes, por eso los altos quieren destruirnos. «Petiso» es un cómic que nos muestra cómo un adolescente de baja estatura (y con superpoderes más allá de la comprensión humana) descubre la conspiración mundial de los altos y se une a la lucha de los petisos".
Habiendo aclarado eso, digo también: lo único que ha salvado a Black de la calificación más baja ha sido el dibujo de Jamal Igle, que es bueno, qué digo, muy bueno. No sé si no hubiese quedado aún mejor con un poco de color, pero bueno, es lo que hay, y de todos modos ni aunque hubiese sido dibujado por Leonardo Da Vinci reencarnado se hubiese salvado de una mala calificación. ¿Y por qué? Pregúntenle al Sr. Osajyefo.
Un guionista lampiño se junta con un dibujante sin vello facial y arman la siguiente historia: "El mundo está dominado por los bigotudos. Si uno es lampiño, está condenado a ser un ciudadano de segunda clase. Sin embargo, en esta nueva miniserie sólo los lampiños tenemos superpoderes, por eso los bigotudos quieren destruirnos. «Lampiño» es un cómic que nos muestra cómo un adolescente sin pelo en la cara (y con superpoderes más allá de la comprensión humana) descubre la conspiración mundial de los bigotudos y se une a la lucha de los lampiños".
¿Y entonces? Black tiene cosas que me resultan casi graciosas, comenzando por el protagonista, que es lo que se suele llamar una Mary Sue, y ni hablar de la abundancia de estereotipos y lugares comunes, o de que el villano se llame Theodore Mann (T. Mann, o sea, "The Man", ¿captan?), pero no creo que el guionista se ría con la mayoría de las cosas que casi me han hecho reír en este cómic. Y en todo caso, he dicho casi, ya que un cómic tan triste da más lástima que risa. Para reír, me río viendo Undercover Brother (2002), que vendría a ser lo mismo pero sin superpoderes, y además es una comedia. Black, por otro lado, se toma a sí mismo demasiado en serio, y así resulta demasiado infantil, demasiado masturbatoria esta fantasía conspiranoica en la que todo es blanco y negro –y acá estoy hablando de moralidad– y tener un determinado color de piel o de ojos te hace bueno o malo. Me parece patético, lamentable, un desperdicio de talento. Flaco favor le hacen a su causa, muchachos.
Un guionista negro se junta con…
- Vale, tío, ya entendimos.
- Bueno, nos vemos en la próxima reseña. Y no soy tu tío.
